Como el junco que se dobla pero no se quiebra

ESTE ES MI ESPACIO PARA COMPARTIRLES ALGO DE MI. NO SOY ESCRITORA NI MUCHO MENOS, SIMPLEMENTE ME GUSTA ESCRIBIR,LO HARÉ BIEN? LO HARÉ MAL?, PERO AL MENOS NO MUERO EN EL INTENTO.....

lunes, 1 de septiembre de 2008

"SI, SI SEÑORES, YO SOY DE ......."

Hola, como están, que tal ese fin de semana? Yo el sábado fui al cine a ver “Se busca”, con Angelina Jolie y Morgan Freeman, personalmente no me gustó, no es el tipo de películas que me atrapan, encima mostraban ratas por todos lados, y yo soy re fóbica con ese tema jajaj, la verdad es una película que al salir del cine no me dejó nada para comentar, no me pasó así en cambio con “Un novio para mi mujer” que me pareció espectacular, pero bueno gustos son gustos.
Hoy quería hablarles un poco de la gente fanática.
Dice el diccionario que el EL FANATISMO ES LA PASIÓN EXACERBADA E IRRACIONAL HACIA ALGO.
Bien es sabido que los extremos no son buenos, podemos apasionarnos con ciertas cosas, pero de ahí a enfermarnos por ellas, demuestran que hay algo que no funciona como es debido en nosotros, y sobre todo en nuestras emociones.
Puede gustarnos un cantante, y ahí me sumo y puedo decir que mi preferido es Luis Miguel definitivamente como lo aclaré en mi perfil, voy a verlo en noviembre como siempre lo hago cada vez que viene a Argentina, compro sus CD´s pero ahí termina la cuestión, no estoy pendiente de él, no sigo su vida privada, no lloro ni me deprimo por él, como les pasa a muchas de sus seguidoras.
Podemos también concurrir a alguna reunión religiosa o practicar alguna filosofía oriental pero cegarnos, que nos “laven el cerebro”, no tener otro tema de conversación que no sea ese, tratar de invitar a la gente compulsivamente para que se sume a estas cosas, nos indica que estamos en zona de riesgo.
Conozco, y esto lo vivo a diario por el tipo de actividad que desempeño, personas que enloquecen por el fútbol, la famosa “Pasión de multitudes”, escucho y veo cada cosa que no se pueden creer, esta bien que simpaticemos con algún equipo en particular, pero que la vida gire en torno a esto hasta el colmo de ridiculizarnos es demasiado.
Conozco a gente que se deprime muchísimo si su equipo pierde o queda eliminado de alguna Copa, es increíble pero somatizan alguna enfermedad, como alguna vez alguien que llegó lo más bien al trabajo, pero al rato comenzó a ponerse mal por el resultado que había obtenido su equipo el fin de semana y por escuchar los comentarios en contra que hacía un programa de radio, y cuando me acerqué a saludarla la encuentro haciéndose compresas de té en el ojo y me dijo “no te acerques por las dudas, me agarró conjuntivitis”, en ese momento le dije: “Como puede ser, si estabas bien”, “lo que pasa es que yo somatizo todo cuando pierde mi cuadro, no lo puedo evitar” me contestó.. Otros se enojan, una vez vi como un señor bastante mayor se enfurecía con los jugadores, y fue especialmente a un entrenamiento a expresarse, lo acompañaba su hijo, recuerdo que gritaba desenfrenadamente, los insultaba, hasta parecía que iba a explotar, y el hijo trataba de calmarlo diciéndole, “Papá, ya tuviste un infarto, que querés morirte” y el hombre sacadísimo le respondió “no me importa por mi cuadro doy la vida”.
Cuando nos volvemos fanáticos y demasiados aprensivos con las cosas, ya sea algún grupo o cantante, una religión o filosofía, el fútbol o algún personaje de moda, nuestro razonamiento se pierde de vista, nos obsesionamos, y no nos situamos como deberíamos, todo en su justa medida esta bien, pero cuando se produce un desfasaje, hay un indicador de las emociones que esta marcando una señal de alerta, hay algo evidentemente dando vueltas en nuestro interior que canalizamos en los lugares equivocados.
Tratemos que las pasiones no nos abrumen sino aprendamos a disfrutarlas, y utilicemos por sobre todas las cosas el sentido común.
Hasta la próxima.

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